La responsabilidad es un valor que está en la conciencia
de la persona, que le permite reflexionar, administrar, orientar y
valorar las consecuencias de sus actos, siempre en el plano de lo moral.
Una vez que pasa al plano ético (puesta en práctica), se establece la
magnitud de dichas acciones y de cómo afrontarlas de la manera más
positiva e integral.
La persona responsable es aquella que actúa conscientemente
siendo él la causa directa o indirecta de un hecho ocurrido. Está
obligado a responder por alguna cosa o alguna persona. También es el que
cumple con sus obligaciones o que pone cuidado y atención en lo que
hace o decide. En el ámbito penal, culpable de alguna cosa, acto o delito. En otro contexto, es la persona que tiene a su cargo la dirección en una actividad.
La definición de disciplina en su forma más simple es la
coordinación de actitudes, con las cuales se instruye para desarrollar
habilidades, o para seguir un determinado código de conducta u "orden".
Un ejemplo es la enseñanza de una materia, ciencia o técnica,
especialmente la que se enseña en un centro (Docente - asignatura).
A menudo, el término "disciplina" puede tener una connotación
negativa. Esto se debe a que la ejecución forzosa de la orden —es decir,
la garantía de que las instrucciones se lleven a cabo— puede ser
regulada a través de una sanción. También puede significar autodisciplina, en el sentido de "hacerse discípulo de uno mismo", es decir, responder actitudinalmente y en conducta a comprensiones e ideales más altos.
Puntualidad es una actitud humana considerada en muchas
sociedades como la virtud de coordinarse cronológicamente para cumplir
una tarea requerida o satisfacer una obligación antes o en un plazo
anteriormente comprometido o hecho a otra persona.
Algunas culturas tienen sobreentendido que los plazos reales son
diferentes de plazos indicados. Por ejemplo, en una cultura particular
puede ser entendido que la gente llegará una hora de más tarde de lo
anunciado. En este caso, puesto que cada uno entiende que una reunión a
las 9 am comenzará realmente alrededor de las 10 am, nadie se incomodará
cuando todo el mundo aparezca a las 10 am.
En las culturas que valoran puntualidad, retrasarse es lo mismo que
demostrar desprecio por el tiempo de otra persona y se puede considerar
un insulto. En tales casos, la puntualidad se puede hacer cumplir por
penas sociales, por ejemplo excluyendo enteramente a los que llegan más
tarde de las reuniones.El valor de la puntualidad es la disciplina de estar a tiempo para cumplir nuestras obligaciones: una cita del trabajo, una reunión de amigos, un compromiso de la oficina, un trabajo pendiente por entregar.
El valor de la puntualidad es necesario para dotar a nuestra personalidad de carácter, orden y eficacia,
pues al vivir este valor en plenitud estamos en condiciones de realizar
más actividades, desempeñar mejor nuestro trabajo, ser merecedores de
confianza. La falta de puntualidad habla por sí misma, de ahí se deduce
con facilidad la escasa o nula organización de nuestro tiempo, de planeación en nuestras actividades.
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